Cómo elegir tu primer juguete sexual si tienes vulva
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Elegir tu primer juguete no tiene que ser raro ni incómodo. De hecho, puede ser una experiencia divertida, liberadora y hasta terapéutica. No necesitas ser una experta ni tener una guía avanzada; basta con un poco de curiosidad y la disposición a conocerte mejor.
Primero lo primero: no hay una forma “correcta” de sentir placer
Una de las frases que más he escuchado en charlas con sexólogas es: “No hay un manual universal del placer.” Cada cuerpo es distinto, y lo que a una le encanta, a otra puede no hacerle ni cosquillas. Así que antes de pensar en modelos o precios, empieza por algo más simple: ¿qué tipo de sensaciones te hacen sentir bien?
Cuando te das permiso de explorar sin expectativas, el proceso se vuelve más emocional y menos técnico. Tu primer juguete es, en realidad, una invitación a reconectar contigo misma.
El miedo más común: “¿Y si no sé usarlo?”
Tranquila. Nadie nace sabiendo. Los juguetes sexuales no vienen con examen final. En realidad, se trata de aprender jugando (y sí, de eso se trata). Empieza con modelos pensados para principiantes, con controles sencillos y sensaciones suaves.
Por ejemplo, el Satisfyer Penguin es uno de los favoritos de quienes dan su primer paso. Es pequeño, silencioso y tiene una forma amigable, sí, parece un pingüino, y eso lo hace menos intimidante. Su tecnología de ondas de aire estimula el clítoris sin contacto directo, ideal si aún sientes pudor al explorar tu cuerpo.

El poder de las ondas de aire: placer sin contacto
Si nunca has probado un succionador, prepárate para enamorarte. A diferencia de los vibradores tradicionales, los succionadores como el Satisfyer Pro 2 utilizan ondas de aire para estimular el clítoris sin tocarlo directamente. Esto evita la sobreestimulación y permite orgasmos más suaves y profundos.
Su diseño ergonómico, su silencio y sus múltiples niveles de intensidad lo convierten en una opción perfecta para principiantes. Es discreto, elegante y fácil de usar. Solo coloca la boquilla sobre el clítoris, elige la intensidad más baja y deja que la sensación te sorprenda.

Para las más curiosas: doble placer, doble descubrimiento
Si ya diste el primer paso (o simplemente eres de las que piensan “si voy a hacerlo, que sea con todo”), entonces el Satisfyer Pro + G-Spot puede ser tu mejor aliado. Este modelo estimula el clítoris con ondas de aire mientras acaricia el punto G con una vibración interna. Su diseño en ángulo se adapta al cuerpo sin esfuerzo.
Muchas mujeres que lo prueban por primera vez describen la experiencia como “una coreografía entre cuerpo y respiración”. Y no necesitas experiencia previa, solo curiosidad y ganas de conectar con tu placer desde otro lugar.

Errores comunes al elegir tu primer juguete (y cómo evitarlos)
- Elegir por moda: Que algo esté viral no significa que sea ideal para ti. El mejor juguete es el que se adapta a tu ritmo.
- Olvidar el lubricante: Es tu mejor aliado. Mejora la comodidad, la sensibilidad y reduce la fricción. Usa siempre uno a base de agua.
- Esperar resultados inmediatos: El placer es un proceso. Algunas veces no se trata del “wow”, sino del “ahora me entiendo mejor”.
¿Y cómo saber cuál es “el indicado”?
Hazte esta pregunta: ¿qué busco ahora? Si es curiosidad y delicadeza, empieza con un succionador suave como el Satisfyer Pro 2. Si prefieres algo discreto y con diseño adorable, el Penguin te encantará. Si buscas una experiencia más completa, el Pro 2 + o el Pro + G-Spot te permitirán explorar nuevas formas de placer.
Recuerda que no hay un camino único, pero si hay un punto en común: el autoconocimiento. Tu primer juguete no tiene que ser “el definitivo”, solo el inicio de una relación más amable y libre contigo.

Nota final: El placer también es autocuidado
Hablar de masturbación femenina no debería darnos pena. Explorar tu placer no te hace “atrevida”, te hace consciente. Es una forma de reconectar con tu cuerpo, liberar tensión, descansar mejor y recordar algo fundamental: mereces sentirte bien, contigo y para ti.
Así que sí, elegir tu primer juguete puede ser el inicio de algo más grande: conocerte, respetarte y darte lo que mereces. Y si de paso te roba una sonrisa (o un suspiro), mejor aún.

Firmado: Ana Lucía Herrera
Editora de bienestar y placer femenino en SensaLove